Hemos llegado casi al final de la travesía. La despedida es un arte que merece ser también aprendido, una "pócima" cuya fórmula es compleja y requiere de la mano precisa del alquimista para hacerla funcionar.
En un "adiós" debemos, ser capaces de atrapar todo lo bueno que los amigos han vivido juntos, combinarlo con unas dosis creíbles de esperanza de reencuentro y rociarlo generosamente con esencia de alegría. Pero una despedida correcta no requiere de grandes gestos, ni se esfuerza por prolongarse más allá de lo debido. El pasado es un lugar inhóspito, donde no se puede vivir. El presente, una criatura esquiva que se desliza hacia el futuro, aún por inventar. Y la nostalgia, un ánfora sin fondo que sueña llenarse de lo imposible, un canto de sirenas que busca atraparnos en el pasado y nos aleja de nuestra Ítaca del porvenir.
Es ahora el momento de la evaluación, de la reflexión... y de dejar atrás lo vivido, para seguir viviendo. Estas fueron vuestras palabras recién terminada la actividad, en el camino de vuelta. Cuando la memoria y las emociones estaban aún frescas,
Cerrad convenientemente vuestros blogs. Durante estos meses, os han leído muchas personas ajenas a nuestro entorno, habéis participado en concursos... Dedicadles unas líneas para que, cuando vuelvan a vuestro blog, encuentren una palabra amiga que les explique vuestra ausencia, vuestro silencio.
Siempre serán vuestros blogs. Y como nos recordaba Julio, acordaos de vustros profes, de vez en cuando. Hacednos una visita para saber cuál es vuestra travesía y qué rumbo llevais.
Gracias.
Julio y Javier
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